Tres Llamados que Transforman la Vida
Una invitación a vivir con propósito, adoración y obediencia
En medio
del ruido de la vida, de las decisiones apresuradas y los días sin pausa, Dios
nos hace una invitación clara, directa y transformadora. Son tres llamados
que no solo nos confrontan, sino que nos encaminan a vivir una vida plena en
Cristo. No son reglas impuestas, sino puertas abiertas para aquellos que
desean vivir con propósito, adorar de forma genuina y caminar en obediencia.
Aquí te comparto estos tres llamados que pueden marcar un antes y un después en
tu caminar con Dios.
1. Llamado a una Nueva Mentalidad
Muchos
creen que tener fe es dejar de pensar, como si al acercarnos a Dios apagáramos
la razón. Pero la verdad es que el cristiano serio piensa más profundamente que
nunca, porque busca que todo lo que hace glorifique a Dios: su trabajo,
sus relaciones, su tiempo libre… incluso sus pensamientos.
Esto no
es algo que producimos solos. Es Dios quien transforma nuestra mente:
“Dejen
que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar.”
(Romanos 12:2, NTV)
Esto es
una buena noticia, porque nuestro corazón es engañoso (Jeremías 17:9). A
menudo creemos estar bien, pero cuando el Espíritu Santo nos muestra nuestros
pensamientos reales, entendemos cuánto necesitamos una limpieza interior.
Renovar
la mente implica soltar hábitos destructivos:
- El rencor
- El sarcasmo
- La crítica destructiva
Dios quiere
ordenar tu mente, pero necesita tu permiso.
¿Tú quieres? ¡Deja que lo haga!
2. Llamado a Adorar Correctamente
A veces
decimos que servimos a Dios, pero lo hacemos a nuestra manera.
Respondemos con frases como “yo sé lo que tengo que hacer”, sin preguntarnos si
lo que hacemos realmente le agrada a Dios.
No
podemos amarlo como a nosotros nos parece, sino como Él desea ser
amado.
“Entreguen
su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un
sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la
verdadera forma de adorarlo.”
(Romanos 12:1, NTV)
Adorar a
Dios implica que todo lo que hacemos con nuestro cuerpo (nuestras
acciones) sea para Él (Colosenses 3:23). Y para saber qué le agrada, debemos conocer
Su Palabra. Habrá cosas que debamos dejar porque no le honran. Y eso solo
es posible cuando recordamos que nuestra verdadera satisfacción está en la
relación con nuestro Padre.
“Si
alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera
de vivir, tomar su cruz y seguirme.”
(Marcos 8:34, NTV)
¿Quieres
amar a Dios correctamente? ¡Síguelo!
Amar a
Dios es obedecerle. Y Su voluntad —aunque muchas veces incomprendida— siempre
es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2b). A veces, el dolor nos hace
dudar de esto. Pero incluso en medio del quebranto, Dios sigue presente
y hablando a nuestro corazón.
Tal vez
las heridas vienen de decisiones mal tomadas, pero Dios no nos abandona.
Nos da la oportunidad de regresar, de hacer un giro hacia Sus brazos.
Lejos de Él, nuestras decisiones pueden llevarnos al caos. En Él encontramos
vida, orden, dirección.
Pero
abrazar Su voluntad implica cortar con la nuestra. No podemos caminar
con un pie en Su camino y otro en el nuestro. Dios quiere una entrega total,
una sujeción profunda, una obediencia radical.
Quizás
pienses que aún no estás listo. Pero Dios no ha terminado contigo.
“El
Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que
somos transformados a su gloriosa imagen.”
(2 Corintios 3:18, NTV)
Cada uno
está en un punto distinto del camino. Algunos apenas suben el primer escalón,
otros van más arriba. Lo importante no es dónde estás, sino si estás dejando
que el Espíritu te transforme.
¿Quieres
abrazar Su voluntad? ¡Ríndete a Él hoy!
Tres llamados, una decisión
Hoy Dios
te hace tres llamados personales:
- Renueva tu mente
- Adora como a Él le agrada
- Abraza Su voluntad con
obediencia
No son
llamados para los “más espirituales”, sino para todos los que desean vivir
una vida auténtica en Cristo. Son oportunidades para crecer, para cambiar y
para experimentar a Dios de una manera más profunda.
¿Aceptas
estos llamados?