Cipriano de Valera.


 La palabra Reina-Valera está asociada directamente con la Biblia en español. El origen de estas palabras corresponde al apellido de los dos hombres más importantes para esta traducción de la Biblia: Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera. Casiodoro de Reina es, digamos, mucho más conocido, pero ¿quién era Valera? ¿Qué tuvo que ver con Reina y cómo llegó a poner su apellido en la versión de la Biblia más famosa en español?

Entonces, hablemos de Cipriano de Valera.

Antes que todo, empecemos contando cómo empezó todo. Cipriano nació en 1531 en Valera la Vieja, un lugar que entonces pertenecía al Reino de Sevilla. El apellido Valera se lo debemos entonces a este pequeño poblado en el que nació nuestro personaje. En algún momento de su juventud, Valera se trasladó a la ciudad de Sevilla, donde inició sus estudios universitarios en la recientemente fundada Universidad de Sevilla, donde se preparó como bachiller en filosofía y conoció las humanidades en general. Un profesor muy influyente para él fue el hebraísmo, del cual se consideró discípulo. Esto es interesante porque significa que en tiempos previos a tener una traducción amplia de las Escrituras al español, ya existía interés académico en las Escrituras.

En algún momento durante sus estudios, Cipriano se decidió por una carrera monástica e ingresó al Monasterio de San Isidoro del Campo, perteneciente a la Orden de San Jerónimo en Santiponce, cerca de Sevilla. Allí, como fraile jerónimo, conoció a otro monje que se convertiría en una figura clave en su carrera ministerial: ese monje fue Casiodoro de Reina. Pronto, Cipriano, Casiodoro y otros monjes formaron un grupo que mostraba interés por la Reforma protestante. Es muy probable que el acercamiento a las ideas de Reforma se haya dado gracias a la influencia de Juan Gil, más conocido como Doctor Egidio, y de Constantino Ponce de la Fuente, así como de los libros luteranos que llegaron al monasterio por los esfuerzos de Julián Hernández.

Pero en el año 1557, este círculo reformista dentro de San Isidoro del Campo fue expuesto y descubierto por el Santo Oficio de la Inquisición. Ante la inminente persecución, Cipriano y otros amigos cercanos a él, entre ellos Casiodoro de Reina, Antonio del Corro y Alonso Baptista, huyeron de Sevilla en dirección a Ginebra. Posteriormente, Cipriano fue condenado simbólicamente a la hoguera por la Inquisición.

En Ginebra permaneció por corto tiempo, aunque en 1558 logró hacerse ciudadano de la ciudad, que en ese momento servía de refugio para exiliados protestantes. En Lausana, estudió la teología reformada bajo Teodoro de Beza en la academia de dicha ciudad. Pero, al parecer, Cipriano no encajó del todo en aquel bastión de la Reforma, por lo que decidió emprender un nuevo viaje a un nuevo lugar: Inglaterra, en el año 1558, luego de la muerte de María la Sanguinaria. La Reina Isabel I restableció el protestantismo en el reino y concedió el derecho de libertad religiosa a los protestantes, abriendo así el reinado inglés sus puertas a los refugiados de corte protestante. Llamativamente, en un lugar, Valera expresó su gratitud a la reina:

"Cuántos millares y millares de pobres extranjeros se han acogido a Inglaterra [...] donde sola protección y amparo, primeramente de Dios y después de la serenísima Reina Doña Isabel, han sido defendidos y amparados contra la tiranía del Anticristo y de sus hijos los inquisidores".

Ya en Londres, donde también estaban Casiodoro de Reina y Antonio del Corro, Cipriano apoyó el establecimiento de una iglesia española. También tuvo relación con las iglesias italianas en suelo londinense. Sin embargo, las aspiraciones de Valera iban mucho más por la academia que por lo eclesiástico. Aunque se consideraba predicador y no perdía oportunidades para compartir la doctrina evangélica con otros.

El siguiente año, 1559, Cipriano de Valera se mudó a Cambridge para probar suerte en el campo universitario. Primero obtuvo el título de bachiller en teología de la Universidad de Cambridge y luego, en 1560, fue designado profesor del Magdalen College de la misma universidad. Interesantemente, fue maestro de Nicolas Walsh, un futuro traductor del Nuevo Testamento al irlandés gaélico. No obstante, mientras tanto, continuó sus estudios hasta 1563, cuando recibió el título de magister en artes.

En 1566, se pasó a Oxford, donde revalidó su título de magister para ser docente. Por este tiempo, contrajo matrimonio con Ana, una mujer inglesa de la que no se sabe más nada, excepto que fue su esposa y le dio tres hijos: Isaac, John y Judith. Sin embargo, este matrimonio ocurrió sin autorización legal, lo cual le trajo como consecuencia la pérdida de su trabajo en Oxford. Entonces Valera tuvo que regresar a Londres y trabajar como tutor privado para jóvenes estudiantes. Esta situación le trajo muchas dificultades económicas, pero también le dio el tiempo para dedicarse al trabajo literario.

Cipriano de Valera fue autor, pero principalmente debemos decir que sus trabajos más destacados estuvieron en el campo de la traducción. Hay tres trabajos literarios suyos que resaltan: dos tratados, "Institución de la Religión Cristiana" y la Biblia Reina-Valera.

En 1588 publicó el libro "Dos tratados", una obra polémica antipapa: un tratado contra el papa mismo y otro contra la misa. En su obra, Valera argumenta que el papado y la misa eran las dos columnas de todo el edificio romano. Si estas caían, todo lo demás se derrumbaría con ellas. La obra parece haber generado interés, ya que contó con una segunda edición. De hecho, esta fue la segunda obra de lengua española que se imprimió en Inglaterra. Posteriormente, el libro fue anexado al Índice de Libros Prohibidos de Roma, y curiosamente permaneció allí hasta la última edición de este índice en 1948.

Otro trabajo importante de Cipriano fue su traducción del latín al español de la "Institución de la Religión Cristiana" de Calvino, que publicó en Londres en 1597. Era una edición castellana en cuatro volúmenes amplios y de más de 1,000 páginas. Valera añadió un prefacio escrito por él mismo y adaptó la obra para el lector español. Pero el mayor trabajo de Cipriano de Valera, y por el que es recordado hoy, fue su revisión de la Biblia del Oso, una versión castellana de la Biblia que publicó Casiodoro de Reina en Basilea en 1569.

Este proceso de revisión terminó primero con el Nuevo Testamento en 1596. Finalmente, en 1602, Valera publicó la Biblia completa, conocida como la Biblia del Cántaro. Su obra se convirtió en la Biblia Reina-Valera, la Biblia más importante de la lengua castellana.


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