La autoridad de Jesús según el Evangelio de Marcos
Hoy queremos mirar el Evangelio según Marcos de una forma general, para descubrir un tema que aparece una y otra vez: la autoridad de Jesús.
Este Evangelio fue escrito por Juan Marcos, discípulo de Pedro, y estaba dirigido principalmente a gentiles que vivían en Roma. Es decir, personas que no conocían al Dios de Israel y que estaban acostumbradas a creer en muchos dioses. Por eso, Marcos hace tanto énfasis en mostrar quién es Jesús y con qué autoridad actúa.
Creer en Jesús no es lo mismo que creerle a Jesús
A muchos nos gusta tener autoridad, pero no tanto estar bajo autoridad. Tal vez porque hemos visto malas experiencias con líderes, jefes o gobernantes. Sin embargo, la Biblia nos enseña que para ejercer bien la autoridad, primero debemos aprender a someternos a ella, comenzando por la autoridad de Jesús.
En Marcos capítulo 3 vemos algo llamativo: la propia familia de Jesús pensaba que Él estaba “fuera de sí” (Marcos 3:20–21). Ellos sabían quién era Jesús, conocían su historia, pero no le creían realmente a lo que Él decía acerca de sí mismo.
Y esto también puede pasarnos hoy. Podemos saber mucho sobre Jesús, conocer sus milagros y enseñanzas, pero aun así no confiar plenamente en su Palabra ni rendirle nuestra vida.
No alcanza con creer que Jesús existió.
Necesitamos creerle a Jesús.
Jesús tiene toda autoridad
En Marcos 11, cuando Jesús entra al templo y limpia el lugar, los líderes religiosos le preguntan:
“¿Con qué autoridad haces estas cosas?”
Ellos no querían aprender, querían cuestionarlo. Creían que la autoridad les pertenecía solo a ellos. Pero Jesús deja en claro, a través de sus palabras y parábolas, que toda autoridad viene de Dios, y que Él mismo es el Hijo enviado por el Padre.
La Biblia afirma que Jesús es Dios, y por eso su autoridad es total y verdadera.
Jesús también supo someterse
Algo maravilloso es que Jesús, teniendo toda autoridad, eligió someterse al plan del Padre. En Getsemaní, antes de la cruz, oró y obedeció, aun cuando el camino era difícil.
Jesús nos mostró cómo vivir bajo autoridad con humildad, obediencia y confianza en Dios.
Vivir bajo la autoridad de Jesús trae paz
Estar bajo la autoridad de Dios no nos quita libertad, nos da paz.
El Salmo 119:165 dice:
“Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz y no tropiezan.”
Cuando ponemos a Jesús como Señor de nuestra vida, encontramos descanso, dirección y seguridad, aun en medio de las dificultades.
Hoy podemos preguntarnos:
¿Estoy viviendo bajo la autoridad de Jesús?
¿Le creo realmente a su Palabra?
Que podamos decirle con sinceridad:
Señor Jesús, quiero estar bajo tu autoridad.
Rindo mi vida, mi mente y mi corazón a Ti.
Guíame y enséñame a obedecerte cada día.